Hace un par de semanas estuve en Baeza siguiendo las huellas de Antonio Machado. Este año se cumple el centenario de su llegada a esta maravillosa ciudad jienense, Patrimonio de la Humanidad. Nos lo encontramos leyendo tranquilamente en un banco. Mi hija le preguntó si le dejaba ponerle un pañuelo y él, todo amabilidad, le respondió con una sonrisa.
Magnifica! Buena incorporación el pañuelo que le dá ese toque de color y la hace más viva.
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