El violinista

El señor bregaba con el violín para romper con la tibieza del respetable. No lo lograba. Se afanaba, pero no lo conseguía. El músico rasgaba las cuerdas a un ritmo endiablado. Hasta que me detuve a observarlo y él dejó de tocar. Nos miramos fijamente a los ojos. Fotografié ese 'instante'. Una imagen inquietante, por momentos turbadora, que hoy quiero compartir con vosotros.

El dragón de Jerez

Las lagartijas siempre llamaban la atención de los chiquillos de mi generación. Esa cola alargada, esa capacidad para mimetizarse con el entorno, ese reptar hábil, rápido y escurridizo. Verlas generaba una especie de excitación entre los zagales. Y todavía sigue ocurriendo (al menos a mí me sucede). Ésta la fotografié en Jerez del Marquesado. Y la he bautizado como 'El dragón de Jerez'.

"El lagarto está llorando. La lagarta está llorando. El lagarto y la lagarta con delantalitos blancos". (Federico García Lorca)

El pintor

Callejeaba por el centro de Granada este sábado cuando, en medio de la confusión, me topé con este pintor. Ajeno a los tumultos, abstraido, se afanaba en rematar su obra. La gente le miraba con respeto. Seguía con atención cada uno de sus trazos, comparando las semejanzas entre mundo real y del mundo creado. Entre la vida y los sueños.

Pasiegas

Hay lugares con un magnetismo especial. Te atraen. Te seducen. Y finalmente te cautivan. La plaza de las Pasiegas, adyacente a la colosal catedral de Granada, tiene este poder imantador. Me encanta sentarme en su escalinata, solo o acompañado, y observar el paisanaje. A principios de verano hice esta foto. Ahora que el otoño se arrima he visto oportuno recuperarla.