martes, 10 de abril de 2012

En capilla


Era Viernes Santo. Mi hija salía por primera vez en una procesión. Nervios, ilusión y preparativos. Tan sólo faltaba que 'las merceditas' lucieran resplandecientes. Como si fueran nuevas. La solución mágica, dos brochazos de Canfort. Aquella imagen fue un 'déjà vu'. Mi madre también lo hizo conmigo. Y ahora la historia se repetía.

1 comentario:

  1. Esta foto está mejor, el bote de crema y el zapato conforman un punto de atracción visual y no hay más elementos que distraigan, artísticamente hablando. De este modo a la mente le queda tiempo para buscar una interpretación del momento que no es otro que, como dices arriba, la ilusión, los nervios etc.

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