viernes, 12 de octubre de 2012

La boda


La madre de ella, la novia, bruñía el tul con esmero para que luciera espectacular durante la ceremonia. La mejor de las estampas pierde lindeza por un pliegue traicionero. Y más cuando todos los focos la miran. La trastienda de la boda. Atravesado el dintel el mundo tiene que ser perfecto. Estoy seguro que lo fue.

No hay comentarios:

Publicar un comentario