martes, 26 de junio de 2012

Ramón Arroyo


La vida siempre te regala 'instantes' mágicos. Suceden. Te emocionan. Y los guardas celosamente donde sabes que nadie podrá tocarlos, en el corazón. A partir de ese momento son tuyos; forman parte de ti. A veces estas experiencias únicas son, sencillamente, una canción. Por eso le estoy tan agradecido a Los Secretos. Porque muchas de sus canciones no son suyas, son mías. Sentí muchísimo el fallecimiento de Enrique Urquijo. Escribí este artículo. He estado en bastantes conciertos e incluso he escrito la crónica de uno de ellos, en Torreperogil. Y también tengo algún recuerdo 'de carne y hueso', como esta púa que me regaló el gran Ramón Arroyo y con la que toca maravillas como ésta...

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