martes, 19 de junio de 2012
Cheshire
Los gatos, rápidos y sigilosos, son animales misteriosos. Que están y no están. Éste, al que bauticé Cheshire por su evanescencia (Alicia en el país de las maravillas), me lo encuentro todas las mañanas. Se pone a mi lado y me acompaña unos metros, como si nuestros destinos convergieran. Lo casual convertido en cotidiano. Hace unos días lo fotografié justo cuando me abandonaba. El sol de frente dibujaba su sombra sobre el acerado, una imagen bella a la par que enigmática.
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