El sol justiciero de junio invita a guarecerse en cualquier sombra. Como estos señores de la foto, que fijan su mirada en ninguna parte, y como esa zurita despistada, gris y negra, camuflada entre la penumbra de la farola y el pavimento plomizo de Bib Rambla, una plaza encantada donde confluyen pasado, presente y futuro de Granada. Donde el tiempo no corre.
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